Revista trimestral científica especializada
Mensaje del patrimonio popular desde Bahréin al mundo

Tolerancia: Un Regalo del Patrimonio Popular a un Mundo Desgarrado por Conflictos

Número 64
Tolerancia: Un Regalo del Patrimonio Popular a un Mundo Desgarrado por Conflictos

Dr. Mohamed Al-Jouhari

Egipto

Es evidente que un estudio genuino del patrimonio en los niveles teórico y empírico revela su núcleo tolerante basado en una visión positiva de la existencia natural y humana. El patrimonio se preocupa por los sentimientos positivos de tolerancia como el optimismo, el amor y la alegría. Estudios como estos demuestran que el patrimonio popular transmitido fortalece en muchos casos el aspecto flexible de la vida, interpreta creencias, costumbres y tradiciones con flexibilidad, y realza los valores de paciencia, adaptación, respeto por los demás y aceptación de la diversidad en comportamientos entre las diferentes clases sociales. Además, la tolerancia rechaza los conflictos y permite la comunicación entre las personas, como han revelado los capítulos de este destacado estudio que abren un nuevo camino en el campo del folclore aplicado. Este nuevo campo se basa, en relativo, en aprovechar los estudios del patrimonio popular para orientar la política cultural y esclarecer la mentalidad popular, ayudando así a incorporarla de manera sólida en la cultura contemporánea.

Si queremos ser parte de la comunidad global que, a veces, se nos impone y nos incluye, debemos practicar la tolerancia en la acción, no solo en palabras. Podría incluso decir que la "santificamos" en beneficio nuestro y de quienes interactúan con nosotros. Sin embargo, es curioso enfatizar que esta comunidad global, que ha conectado a todos los habitantes del mundo a través de estas rápidas redes de comunicación, a veces ha desplazado las lenguas nacionales en favor de un lenguaje o lenguajes globales, ¿realmente pudo esta revolución de la comunicación hacernos olvidar nuestro patrimonio arraigado en la tolerancia?

Esta es una pregunta que requiere un tratamiento independiente, pero nos alerta de todos modos sobre un problema al que algunos de nosotros a veces no prestamos suficiente atención en busca de seguridad y comodidad. Nuestro patrimonio popular, que precede a las religiones y que interactúa con ellas, de hecho, lo engendró la verdadera tolerancia y no la superficial... la innata y no la fabricada.

Por lo tanto, afirmamos que la sociedad árabe es una escuela de tolerancia, coexistencia y aceptación del otro a lo largo de su historia que se extiende por más de siete mil años. Socialmente, ha logrado desarrollar formas civiles refinadas que han demostrado su eficacia en diversos campos: familiar, profesional, de clases, entre otros. Culturalmente, ha desarrollado un rico patrimonio popular que adopta posturas destacadas en tolerancia, evita el sectarismo y tiene la capacidad de convivir con el otro que es diferente.

Así, en la tierra árabe han coexistido durante todos estos años grupos pertenecientes a diversas religiones, razas, estilos de vida, y también costumbres, tradiciones e idiomas. Sin embargo, esta tolerancia, este gran valor cultural, no encontró entre los árabes modernos quien lo protegiera, lo preservara y transmitiera su árbol sagrado. Una serie de fuerzas, corrientes e influencias, tanto externas como internas, interactuaron para sembrar nuevos valores que alimentan el sectarismo, sofocan la tolerancia y presentan al otro diferente como a veces un demonio o siempre un enemigo acechante. Las banderas del extremismo se alzaron en la tierra de la sabiduría y la moderación, y la creciente pobreza, causada por los repetidos fracasos en los experimentos de desarrollo, se unió a los llamados extremistas llegados de fuera; todo esto encendió una postura cargada de crisis, advirtiendo de males y peligros cuyas dimensiones solo Dios conoce.

Nuestra mención aquí no se limita a las manifestaciones de intolerancia contra quienes difieren en religión o cultura, sino que lo verdaderamente lamentable es que la vida vuelve a ser infundida en prácticas que pensábamos que habían muerto y pasado como la venganza.

En un mundo globalizado y unipolar, el "externo" comienza a agitar sus manos pesadas en nuestra dirección, emitiendo advertencias y amenazas, incluso estableciendo comités, centros e instituciones que supervisan el grado de adherencia a los valores de tolerancia en diversas comunidades y culturas (de hecho, quieren vigilarnos a nosotros y juzgarnos sin nuestra participación).

Así, la situación actual se ha vuelto lamentable desde varias perspectivas, o embarazosa desde varias facetas: la tolerancia está disminuyendo, el sectarismo y el odio están extendiendo sus alas, y la moderación retrocede frente a un extremismo en ascenso. Y como ya no vivimos solos, hay quienes nos supervisan y nos acechan. Por lo tanto, el estudio científico de la tolerancia adquiere una importancia significativa tanto a nivel científico como social. Su objetivo es destacar el valor de la tolerancia social en la sociedad árabe, así como los factores clave que hacen que una persona sea tolerante o intolerante en diversas situaciones de interacción. También examina los principales factores que gobiernan las percepciones de las personas y sus puntos de vista hacia los demás y hacia sí mismos.

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