Carta del patrimonio popular desde Bahréin al mundo .. De una chispa... A otra
Número 36
En 1979, la capital catarí Doha, se preparaba para recibir el sexto congreso de ministros de información de los países árabes del golfo. Yo era el responsable de formar la sección de estudios e investigaciones en la dirección de cultura y artes, a petición de su excelencia el amigo doctor Isa ben Ganem Elcuari, ministro de información en aquel tiempo. Entonces planteé al ministerio catarí de información en la existencia del difunto escritor sudanés Taieb Saleh director general, que adoptaran plantar mi idea de unificar los esfuerzos de los países árabes del golfo, para recoger, anotar y documentar las materias del patrimonio popular, para presentarlas en el próximo congreso, y fundar un centro científico especializado, que tendrá su sede en Doha. Apreciaron la idea, la presentaron al congreso, que la aprobó tras varios debates.
En medio de la tarea de ocupación de lanzar aquella chispa, y la supervisión de la fundación de aquel centro sueño. Planeaba yo que la primera etapa de la fundación, debía ir acompañada de una gran campaña informativa, para advertir a la región, a los países árabes y al mundo, de que un suceso científico y cultural extraordinario estaba a punto de realizarse, para conservar el patrimonio popular de la región. De lo grande, extensa y exitosa que era la campaña informativa, la noticia de la recogida del patrimonio de la región llegó al (Instituto Smithsonian), que es la mayor institución internacional, que se interesa por todo tipo de patrimonio cultural, material o inmaterial. Esta dirigida y financiada por Estados Unidos. La mayor parte de sus dependencias están en Washington capital, los demás numerosos centros están repartidos por otras ciudades de Estados Unidos. Pues este instituto presento al centro del patrimonio popular del golfo, cuando este estaba en fundación, una petición de participación en las tareas de recogida sobre el terreno, ofreciéndose a ceder veintiún científicos especializados en la recogida y documentación, cargando con los gastos. Yo era el único quien tenía que tomar la decisión de aceptar o rechazar. Mi decisión fue, que solamente los hijos de la región son los que tienen que recoger y documentar su patrimonio cultural. Ahora después de aproximadamente cuarenta años, no sé si esa decisión fue acertada o no.
Precisamente, en aquel tiempo, hubo quien encendió otra chispa, recibí del querido y difunto señor Alexander Vigila una carta, felicitándome por la fundación del centro del golfo, e invitándome a visitar la ciudad de Modling en Austria, para participar en la fundación de una organización internacional que se interesa por el patrimonio popular, en la cual participan todos los países del mundo. Es la organización internacional para el arte popular (IOV), este era mi primer contacto con este amigo fundador y sus compañeros de distintas ciudades europeas, y mi afiliación como miembro activo en la organización durante los siguientes años hasta hoy día. Era importante fundar una filial de la organización en Bahréin, y tener sus miembros activos en recoger y conservar materias de la cultura popular. Las actividades de la filial conocieron altibajos, dependiendo de muchas circunstancias. Hoy se resucita con aspiraciones de nuevos mandos.
Durante las sesiones de las asambleas generales de la organización y sus numerosos congresos, en distintos lugares del mundo. Participé representando Bahréin, a veces solo, y a veces en compañía de miembros de la filial de Bahréin. En los principios de la década del ochenta, ocupé el cargo de jefe de la comisión del desarrollo de los recursos económicos, después, la comisión de actividades y programas científicos, en compañía del difunto profesor griego Nyuklas Salles. En 2007 fue elegido en la ciudad griega Vols, secretario general adjunto para Oriente Medio y Norte de África, y se llevó a cabo la fundación de la sede regional en Bahréin, coincidiendo con la preparación para la publicación de la revista (cultura popular), y el acuerdo logístico entre la organización y la revista para hacer llegar los ejemplares de la revista, a 161 países, y es otra chispa, que hizo que la revista tenga una extensión mundial en edición árabe, con resúmenes en inglés y francés. En 2012, fue elegido en Praga vicepresidente.
La elección de Bahréin para la presidencia de la organización por el periodo 2017 – 2020, en su competencia por la presidencia con países como China y Filipinas, nos da un indicio de la situación internacional y la fama cultural que ha logrado Bahréin, a través de su larga historia, y al mismo tiempo una prueba del éxito de los esfuerzos individuales realizados en nombre de Bahréin en este importante circulo internacional, en el cual se destacaba Bahréin, cada vez como un país libre, abierto a las distintas opiniones y corrientes intelectuales y artísticas, y un crisol para la fusión de pueblos y razas, y lugar de encuentro para civilizaciones y pluralidad cultural.
Es digno de considerar, ver a los países de la unión europea, proponer como candidato y apoyar a una experiencia árabe de la región de Oriente Medio y Norte de África, para la presidencia de esta organización en este momento crítico, en el cual la organización necesita, después de aproximadamente cuarenta años de trabajo sobre el terreno, revisar muchos asuntos, que necesitan renovación y cambios, vertiendo sangre nueva, pensamiento y estilos diferentes en la administración, y una dinámica en el movimiento a nivel mundial, como una organización no gubernamental, bajo el patrocinio del UNESCO, para cuidar del patrimonio cultural inmaterial (ICH) y cristalizar las visiones y opiniones que rodean su tratamiento en la sombra de la pluralidad de un patrimonio material no menos importante que el.
La presidencia de una organización internacional, que reúne individuos, grupos artísticos y de exhibición y científicos e investigadores de 136 países, con diferentes posibilidades artísticas y económicas y con distinto carácter, es sin duda un desafío para Bahréin, que es capaz de afrontar con éxito, con la ayuda de Dios.
Ali Abdelah Jalifa
Redactor jefe