Creencias y ritos de fecundidad en el patrimonio popular argelino. “Una aproximación antropológica”
Número 51
Dr. Kamal Bugdir, profesor e investigador en antropología
Este ensayo, trata uno de los aspectos del patrimonio popular, que es las creencias populares en la familia, en su calidad de un sistema social ordenado y completo, a través del cual realiza numerosas funciones en el marco de la cultura de la sociedad, y en su calidad de portador de la adaptación entre las creencias antiguas y las modernas. Así como trasladarlas a través de las generaciones, por lo que colabora en satisfacer necesidades psicológicas y sociales, sobre todo, aquellas relacionadas con el aspecto metafísico, oculto en el alma humana. Por consiguiente la revelación de un conjunto de creencias relacionadas con la fecundidad, en realidad es una revelación de la naturaleza de las ideas que contiene la mente colectiva, y el modo de convivir a través de ellas con la lógica de las circunstancias que rodean, y que son en su realidad la esencia para la cultura popular, porque forman en lo que cree la gente y sus orientaciones hacia el tratamiento de sus problemas, partiendo de esas creencias arraigadas en la mentalidad popular.
Se observa que las creencias populares se penetran profundamente en los aspectos de la vida popular, materiales y espirituales. Las creencias son el promotor que está detrás de todos los ritos y de todas las prácticas sociales que realiza el individuo, en solitario o en grupo. Por eso el estudio de las creencias populares ofrece una comprensión más profunda de la naturaleza de la identidad del colectivo y su peculiaridad, e impide aprovecharse de estas creencias utilizándolas para penetrar la sociedad. Esas creencias son el motivo oculto que está detrás de la conservación de los colectivos populares de muchas de sus costumbres y prácticas heredadas. Lo que poseen de poder sobre la mentalidad popular, niega lo que se dice que su aparición en los colectivos es producto de revelación, visión, inspiración o simplemente creencias religiosas que se transformaron en nuevas formas por obra del legado antiguo escondido a lo largo de las generaciones.
Son una expresión de la interacción del hombre con la naturaleza y con el hombre. La fe en la fuerza de esta creencia se nota cuando el concepto individual se convierte en colectivo. La creencia puede influir de una forma enorme en las relaciones sociales individuales y colectivas.
Por otra parte, existe una fuerte relación entre el rito, la creencia y la naturaleza de la tierra que inspira muchas creencias, puesto que la creencia esta siempre en conformidad con la naturaleza de la tierra y con el medio geográfico e histórico. Por eso el sionismo intenta romper ese vinculo a través de atribuir las creencias populares con sus ritos al antiguo legado del antiguo testamento. Muchas veces intentaron falsificar las verdades, pero sus reivindicaciones no resisten ante verdades que confirmaron estudios de orientalistas y otros investigadores árabes que confirmaron la falsedad y la nulidad de estas reivindicaciones y apoyaron otras verdades que unen el pasado árabe con el presente.
La importancia de las creencias populares en cualquier sociedad humana se ve en los dos niveles: el individual y el social, ya que fortalecen el sentimiento de dependencia de la identidad sicológica del colectivo que tiene las mismas creencias populares. Por otra parte acostumbran al individuo a colaborar con los seres vivos del mundo exterior, de tal modo que las creencias hacen que el hombre no viva la situación de sorpresa que causan los sucesos y cosas existentes que hacen que la persona sufra a través de ellas la presión psicológica, debido a su aspiración a salir de la crisis de la sorpresa en el momento de que exista una crisis y en el momento en que cae el ego en una situación de debilidad e ignorancia. Las creencias populares asimilan y representan la crisis, y ponen a través de esta representación una estrategia para las soluciones conforme al movimiento de deseos y caprichos, para salir de la pasividad y del negativismo que paralizaron el movimiento del ego y su transformación, para traspasar la crisis y salir del sufrimiento y de la conciencia infeliz. También hacen por facilitar el modo de la colaboración del ego con el mundo exterior a través de las directrices que presentan las creencias populares. Las creencias anulan para el ego la extrañeza de la existencia natural, y de la existencia humana, y capacitan al ego para percibir el significado que presentan las creencias populares del mundo exterior. En cuanto al nivel social, encontramos que las creencias populares, forman a veces una autoridad para la reflexión y para la actitud, puesto que irrumpen en todas las partes difíciles de comprender de la existencia y aclaran todo lo ambiguo de la existencia de una forma irracional, de modo que el antropólogo y el sociólogo puede percibir y comprender muchos tipos de actitudes. Por otra parte las creencias populares pueden devolver el equilibrio dentro de la sociedad en el momento de existir tensiones y luchas colectivas. Forman el común divisor entre las clases sociales que luchan, rebajando la agudiza de la tensión social entre ellas. De modo que forma el pacto social, que une los miembros de una sociedad, como una base para el dialogo y la discusión. De ese modo obtienen su legitimidad de la voluntad general de la sociedad, de modo que se funden en ella todas las voluntades individuales que luchaban. De ahí las creencias controlan los diferentes tipos de violencia social y aspiran a anularla de sus raíces. Las creencias populares envuelven la conciencia colectiva en la inconsciencia colectiva, sacándola de la lógica, de las matemáticas y del razonamiento y la someten a la lógica de la ingenuidad, simplicidad y superficialidad, entonces adquieren para el vulgo una dogmatica irresistible y una santidad que no se critica.
Las creencias populares fundan la identidad del colectivo. No son simples representaciones y asimilaciones aisladas de la sociedad, pero en realidad están presentes en el corazón de las estructuras de la sociedad, haciendo la función de dirigirlas y encuadrarlas.