El heroísmo y la rebeldía en la conciencia popular egipcia El Moual de Adham Charkaui como ejemplo
Número 50
Dr. Mursi Essaid Mursi Esabbagh
Adham Charkaui es un símbolo heroico, se rebelo contra lo negativo en su sociedad, ya que mataron a su tío injustamente y se vengó de los que le mataron. De ahí para la ley era un criminal y un fuera de la ley, pero la conciencia popular se simpatizo con él, comportando con él un comportamiento con el que rompe con la injusticia, el vencimiento y la esclavitud que existían en esta sociedad. Lo observado y confirmado es que la versión oficial es contradictoria a la versión popular. Desde que Adham conoció la noticia de la muerte de su tío, dirigió la culpa hacia el gobierno deseando vengarse de él.
Adham no era la persona ideal, la que todos sus actos se caracterizan con nobleza y sublimidad, pero si una persona normal, sus actos oscilan entre lo correcto y lo equivocado, además la cualidad de heroísmo que le atribuyen provoca compasión en la gente y les empuja a simpatizarse con él.
Se suceden los acontecimientos con su captura y su sentencia de muerte, pero la gente pagaron cien libras y la sentencia de muerte se convirtió en siete años de cárcel. Se escapo de la cárcel y el gobierno pidió su cabeza vivo o muerto. Es verdad que en la cárcel conoció al asesino de su tío y lo mato, pero con eso no se acabo el asunto, ya que después de escapar de la cárcel mato al cuñado de un ministro para empezar una serie de batallas que no se acaban hasta la muerte de Adham tras una conspiración preparada por un policía según la versión oficial y por un (amigo traidor) según la versión popular. El significado es claro en los dos casos, el asesino es del pueblo y ejecuto las órdenes del enemigo del pueblo. Es la traición, da lo mismo que sea un amigo traidor o un policía traidor.
Así aparece la difamación oficial de su imagen, por parte de quien fue entonces el alto comisario británico. Los periódicos que simpatizaban con el gobierno y algunos narradores de la historia decían que robaba a los ricos y daba a los pobres, esto formaba parte de presentar a una persona de una forma diabólica, y eso ya lo había advertido Ibn Jaldún en sus prolegómenos
(Los grandes historiadores comprendieron las historietas de las batallas y las recogieron en las páginas de sus libros, pero los intrusos las mezclaron con conspiraciones de mentiras, fingieron, falsificaron y adornaron versiones inventadas. Después muchos siguieron sus huellas e hicieron llegar a nosotros esas versiones, tal como la escucharon, sin observar los motivos de los acontecimientos, ni negar las falsedades y charlatanerías).