Un saludo a la escuela egipcia de las artes populares
Número 33
En la primera conferencia histórica de música que se celebró el año 1932 en el instituto de música del Cairo, en la cual participaron delegaciones de la mayor parte de los países árabes, junto con científicos, expertos e historiadores de países europeos, se plantó la primera semilla del interés árabe por el patrimonio popular. El objetivo de la conferencia, no era otro, que la conservación del patrimonio musical, sobre todo, después de la muerte de sus grandes personalidades que fueron: El Mnilaui, Salah Abdelhay y Said Daruich.
Taufik Elhahim, fortaleció aquella semilla desde el principio, con lo que dijo entonces, sobre la necesidad de conservar el patrimonio árabe narrado. De aquí la interacción de ideas, y la compenetración de diálogos y trabajos, que dieron fruto a un conjunto singular de libros iluminativos. Estos fueron escritos por un número de pioneros, que se esforzaron en la definición de las artes populares así como en el modo de recopilarlas y anotarlas. Se esforzaron también, sobre el terreno para presentar a través de la radio egipcia excelentes ejemplos de aquellas artes populares, narradas, o bien cantadas, llegando a componer un valioso diccionario para el folclore. Fundaron también un instituto para las artes populares, donde se enseñaba todo lo relacionado con el folclore. Se dirigían a él, estudiantes árabes, y exportaba al mundo expertos egipcios en este campo.
La memoria guarda nombres de maestros muy apreciados ya fallecidos: Ahmed Rochdi Salah, el padre espiritual, Abdelhamed Yunes, Zacaría Elhayaui, Safuat Kamal y Asaad Nadim.
Tampoco podemos olvidarnos, del papel que desempeñaron las numerosas revistas culturales, que el ministerio de cultura publicó en los años sesenta del siglo pasado, haciéndolas llegar a todos los países árabes. Personalmente, yo fui alumno de aquella extensión cultural variada, que abarcó los distintos campos de la cultura. La revista Las artes populares era una de las publicaciones mensuales que aparecía regularmente, además de otras publicaciones como Patrimonio de la Humanidad. El primer número de Las artes populares, apareció en enero de 1965, y persistió su publicación regularmente durante siete años, bajo la dirección del doctor Abdelhamed Yunes. En el año 1971, se interrumpió su publicación, para reanudarse en el año 1987 bajo la dirección del doctor Ahmed Ali Mursi continuando con este alumbramiento a lo largo de los años hasta llegar al número cien, que Egipto celebró con orgullo el mes pasado.
Esta publicación tiene el mérito de haber logrado el difícil equilibrio de mezclar el estudio científico riguroso con las artes del periodismo cultural elevado, dirigido para divulgación entre lectores en general.
Esta revista mantuvo con perfeccionismo los ensayos, estudios científicos profundos, reportajes adornados con dibujos que se publicaron en sus páginas. Aquel que estudie las biografías y los trabajos de los pioneros, que colaboraron en la continuidad de este ímpetu científico, además de lo que se publicó en el campo de las artes populares, estudios de la ciencia del folclore y las ciencias humanas relacionadas con él, tiene que percibir el valor del gran servicio que presentó la escuela egipcia a la cultura popular árabe, llamando la atención, sobre la importancia y el
interés de recopilar, anotar y documentar todo lo relacionado con el folclor.
Con el paso del tiempo, y la interacción de esta orientación en la sociedad egipcia, se fundó la compañía de Reda para las artes populares, que se inspiró en las creaciones populares con sus cuadros artísticos, con los que participó en los festivales artísticos internacionales. También fundó la asociación egipcia para folclor. Estos son dos pasos que profundizan el indicio de la evolución, el arraigado de esta escuela y la extensión de su influencia.
La experiencia egipcia acumulada en este campo, con los nombres de sus personalidades célebres, colaboró sobre el terreno al apoyar las orientaciones árabes, para la fundación de centros, organismos y administraciones, que se interesaron por el patrimonio popular. Personalmente, tuve el honor de ser contemporáneo en el desarrollo de esta importante experiencia egipcia, ayudándome en la fundación del centro del patrimonio popular de los países árabes del Golfo (1981- 1986) en Doha, Qatar. Entonces percibí de cerca, los sinceros esfuerzos realizados, para que este aspecto de la cultura árabe, tuviera su digna situación.
Las grandes conferencias internacionales, que aquel centro organizó entonces- con el objetivo de planificar, recopilar, anotar y documentar las materias del patrimonio popular, fueron dirigidas con una visión común entre Egipto y el Golfo arábigo. No podemos olvidar las ideas y trabajos que presentaron nuestros profesores: Abdelhamed Yenes, Ahmed Ali Mursi, Mohamed Elyauhari, Safuat Kamal, Hasan Chami, Nabila Ibrahim, Abdelhamed Hauuas y otros muchos más, quienes nos
extendieron una mano generosa para apoyarnos con su opinión y asesoramiento.
Cuando preparamos la fundación para la publicación de esta revista, los esfuerzos del profesor doctor Mustafa Yad, junto con una elite egipcia en la comisión científica fueron de gran ayuda.
Un gran saludo desde el corazón a nuestra escuela egipcia, y enhorabuena por la publicación del numero 100 de la revista Las artes populares. Es el trabajo de toda una vida.
Rogamos a Dios, que se profundice más, y que se extienda a numerosas generaciones venideras.
Redactor jefe