La diferencia entre lo que es natural, original y su industrialización y reproducción
Número 34
Por encima de los cuentos y las leyendas que se transmitían a través de la historia, sobre el misterio de la formación de las perlas en las conchas, hay una realidad científica, que se resume en que una pizca de arena, o quizás un ser marino parásito, pequeñín de tamaño, se infiltró en la concha y secretó el molusco en el interior de aquella concha, una materia para proteger con ella al extraño ser de los posibles peligros. La secreción de esta materia, es la que forma las preciosas y únicas perlas, que hicieron que los hombres perdieran sus vidas, y la tripulación del feudalismo marítimo, acumulara ganancias en esta región árabe, y hacer de la historia de la pesca perlera en el golfo árabe, y todo lo que la rodeó de canciones, hábitos, tradiciones y conocimientos, un rico patrimonio.
El mismo peligro que amenazó algunas conchas, pero en forma de un pequeño insecto, que penetra en la corteza de un tipo de árboles llamado Agar, árboles de hojas perenne, que crece en la India y en los países del sureste asiático. El insecto carcome alguna rama de este árbol, para producir en ella el pudrimiento que la destruye, pero el árbol dañado produce una sustancia grasienta y tóxica, para defenderse de este ser invasor. Sacia con esta sustancia la rama dañada y la transforma en un color marrón fuerte, que extermina al ser intruso, al mismo tiempo hace que la rama adquiera un olor perfumado singular, e incomparable a todos los perfumes que hay en el mundo cuando se quema. Es el valioso palo de incienso, del cual se extrae de alguna forma el "aceite de agáloco", utilizado desde mucho tiempo atrás, como perfume de primera calidad en la cultura popular, en la región del golfo y en la península arábiga. Quizás entra también en la industrialización del incienso utilizado en los templos hindú y budistas, pero su condición de perfume en nuestra cultura popular es inigualable.
Como las perlas no se encuentran en todas las conchas, igual las ramas dañadas no se encuentran en todos los arboles de Agar. Con la intervención del hombre, se efectuó el cultivo de las perlas, creando el mismo factor influyente, produciendo perlas cultivadas en cantidades comerciales. Los precios de las perlas naturales se encarecieron.
Debido a la circulación del comercio de "agáloco" y "aceite de agáloco", las bandas y los grupos armados, se apoderaron de la mayoría de las partes importantes de los bosques, donde crecen los arboles de Agar en la India, y que su producción se considera de la mejor calidad. La casi paralización de la exportación de agáloco desde la India, hizo que otros perfumes de menos calidad, invadieran el mercado de perfume, procedentes de otros países asiáticos, algunos nos llegan industrializados, o en madera teñida y saciada de un olor adulterado.
Y como perfumarse es una necesidad en la vida de un sector popular muy importante, y como esta cultura no puede cambiar su patrimonio heredado, relacionado con su identidad y sus buenos y originales hábitos, persistió en busca de recuperar aquel olor de perfume, que las bodas y las fiestas quedan incompletas sin su presencia. Las empresas asiáticas establecidas en el golfo, cogieron la petición y empezaron a producir imitaciones de aquel perfume, dándole el mismo nombre, jurando y perjurando que el agáloco utilizado, es de la mejor calidad, los ingenuos y el vulgo fueron víctimas de este ardid.
Por largo tiempo, los perfumes, olores e inciensos, formaron una parte importante de la cultura popular, en el golfo y en la península arábiga. No es de sorprender que la industria de los perfumes en la región continúe con su prosperidad. Según unos estudios, realizados recientemente por la compañía Euro monitor internacional, está previsto que el valor del mercado de perfumes en Emiratos Árabes por ejemplo llegue a mil ciento veinte millones de dírhams de Emiratos en 2017, comparados con los novecientos treinta y siete millones del año pasado. En cuanto a nivel internacional, el valor de los mercados de perfume del año pasado, llegó aproximadamente a treinta mil millones de dólares, y esta propuesto a alcanzar cuarenta y cinco mil seiscientos millones en el año 2018, según la compañía Mintel de estudio de los mercados.
Últimamente, una de las grandes compañías francesas especializadas en la industria y producción de perfumes, sacó a la venta un perfume alcohólico, extraído de una composición sintética, imitando el agáloco y aceite de agáloco, lo puso en los mercados locales con precios muy elevados. Después de algunos meses, la siguieron todas las compañías competitivas con perfumes, que no imiten solamente el olor de agáloco y aceite de agáloco, sino que imiten también almizcle, ámbar, sándalo y aceite de rosas. Todos estos perfumes son alcohólicos, y no tienen ninguna relación con los perfumes heredados, salvo el olor de los primeros minutos.
¿Es que tenemos que aceptar la realidad, y acercarnos al ramo de las bonitas flores, para asegurarnos a través del tacto, de si son verdaderas, o imitadas a la perfección de la materia de plástico, y su existencia satisface una necesidad...?
Como no hay poderío ni fuerza ante el curso de la vida, la preponderancia de las circunstancias y la destrucción de la originalidad de todo, hay que confirmar la necesidad de corregir cosas, que su consagración se puede evitar. Es bonito que en Bahrain exista un organismo gubernamental, controlador, para examinar las perlas importadas, y distinguir lo falsificado de lo natural y original. ¿Pero cómo se puede dominar el sector de la industria de perfumes imitados, y proteger al consumidor local ingenuo del engaño, en una mercancía vital, que se considera entre sus necesidades cotidianas...?
¿Se puede proteger al consumidor en este sector?.
Redactor jefe