Revista trimestral científica especializada
Mensaje del patrimonio popular desde Bahréin al mundo

Adil Makdich: lectura plástica contemporánea de las historias y las leyendas tunecinas y árabes

Número 47
Adil Makdich: lectura plástica contemporánea de las historias y las leyendas tunecinas y árabes

Mundir Mtebaa, Túnez

         No es extraño que el nombre del artista Adil Makdich, se asocie al patrimonio popular con sus distintas revelaciones. Este patrimonio que encontró en la mujer el apoyo y el medio para hacer llegar un conjunto de sus sentimientos y opiniones dentro de un espacio plástico cargado de adornos y símbolos, hasta el punto de cada parte del cuadro, se transforma en un cuadro independiente. El artista, comprendió el grado de cohesión de la cultura popular, que representa uno de los aspectos del patrimonio árabe islámico, cargado en su forma de adornos y colores, como ven algunos investigadores occidentales, que se interesaron por las artes islámicas, como el investigador francés Alexander Papadopoulou, quien considera que esta peculiaridad, representa uno de los soportes de las artes musulmanas, partiendo de la hipótesis del temor al vacio, y que según nuestra opinión, se extiende a la parte de la conducta y de la comunicación en la cultura árabe islámica. Adil Makdich siguió este estilo en la mayoría de sus trabajos a través de los cuales transformó el espacio plástico en una pieza decorativa que controla sus secretos a través de sus elecciones de colores y formas. De ahí su interés por la biografía de bani Hilal, o las leyendas fenicias y tunecinas o árabes, entra dentro de un conjunto de episodios en los que anotó su interés por el patrimonio popular tunecino y árabe en general, con todo lo que transporta de biografías y leyendas que están acorde con su amor al surrealismo, que representó un importante episodio de su investigación, que se consideró como una etapa de los comienzos, de donde partió hacia el mundo de las leyendas, las fabulas y los cuentos populares. Se dio cuenta del hilo fino que une el patrimonio popular tunecino y el árabe en general con el mundo de la imaginación y el sueño. Retratar los hechos y sucesos de las antiguas leyendas, no era tanto obsesión, como las de tomarlos como una fuente de inspiración para hacer llegar sus aprensiones internas, y que mayormente coincidían con sus ideas y sus actitudes hacia los sucesos históricos por los que paso Túnez, a través de su historia antigua. El artista dijo; “tengo un triste recuerdo con los romanos, los turcos, los españoles y las tribus de bani Hilal, pinto una fecundidad sobre las pieles de las vacas sagradas, esculpo la cara de Yugurtha en los mercados bereberes. Grabé sobre los muros de los templos africanos el retrato de los barcos costeros y sus velas tejidas por el cabello de las mujeres”. Estas opiniones fueron representadas por el artista de distintas maneras y con estilos distintivos que les dieron su sello artístico distintivo, diferente de sus antepasados retratistas populistas y artistas internacionales clásicos y contemporáneos, ya que pudo llevar al espectador a mundos y tiempos lejanos y cercanos, sin hacerle perder el gozo de saborear la belleza, dentro de un espacio plástico controlado por relaciones de un sistema preciso, una sensibilidad aguda y una imaginación desbordante.

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